Tan importante es que la cama sea sumamente cómoda como que cada espacio del hotel tenga una atmósfera acogedora que vaya de la mano con el diseño interior escogido. Por lo que, encontrar el estilo correcto es esencial para que destaque, atraiga el interés de los posibles huéspedes, para que los haga regresar y por último para que lo recomiende.
Por eso, en esta ocasión te damos 4 consejos que pueden ayudarte a pensar el diseño de un hotel.
Elementos naturales
El paisajismo es parte fundamental de la arquitectura, pues le da su importancia al entorno natural y reafirma la identidad cultural. Además, dentro del diseño de interiores el uso de plantas y elementos naturales han sido de gran relevancia en los últimos años. Desde pequeños detalles como macetas, jarrones con flores y jardines interiores hasta bellos muros cubiertos de plantas naturales.
En el ámbito hotelero destaca el diseño sostenible. Es decir, respetar el entorno y la biodiversidad a la hora de construir todos sus espacios. Aplicando este estilo, sin duda conseguirás posicionarte como una buena referencia de hotel ecológico.
No por nada el término “hotel ecológico”, se ha cuadriplicado en volumen de búsqueda desde marzo de 2020, según cifras de Google Trends. Además de que cerca del 83% de las personas encuestadas por Booking.com, ha dejado claro que los viajes sostenibles son su meta.
¿El verde es el nuevo oro? Apostamos que sí.
Diseño local
Existen varios estilos y temáticas que pueden ser adaptados para los hoteles. Sin embargo, el mejor que puedes elegir es el que se base en la cultura del lugar donde se encuentra el hotel e incluso si se trata de un edificio antiguo usar parte de su historia será un gane.
Emplear el estilo cultural de la región permite a los huéspedes sumergirse en la cultura local y hacer de su estadía una experiencia satisfactoria. De hecho, hacer uso de la temática local es una forma excelente de hacer publicidad, un claro y perfecto: “¡Ven a experimentar la gastronomía y vida maya desde el corazón de su civilización!”, por citar un ejemplo de Yucatán.
Eliminar barreras entre interior y exterior
Para ir un poco más allá con el diseño, opta por eliminar las delimitaciones e integrar el exterior. Esto lo puedes hacer en el lobby, áreas comunes y habitaciones, ¿cómo? ¡Con tragaluces, muros de piedra, cascadas y áreas verdes! Y tampoco te olvides, siempre que se pueda, de reducir la cantidad de puertas para dar paso a espacios abiertos y/o con ventanales que te permitan plena visibilidad del hotel.
De igual manera, losas grandes y algunas baldosas texturizadas junto con mobiliario para exterior te servirán de acento para conjugar interior y exterior.
Crear experiencias
Los hoteles ya no son lugares para ir a pasar la noche cuando vamos a conocer una nueva ciudad o para los viajes de negocios. Sobre todo con el gran auge de aperturas que se ha dado en la última década. El hotel que diseñes tiene que ir más allá de mobiliario cómodo, este también debe transmitir algo.
Cada una de las áreas del hotel necesita conectarse con las demás y declarar el mismo concepto, al mismo tiempo que logra darle al huésped una experiencia única. Y para conseguir esto todo el mobiliario, accesorios decorativos, colores e incluso la papelería debe estar en sincronía.
Transmite por medio del color
Sólo basta pararse y mirar durante varios minutos cualquier pintura de Van Gogh para entender el poder emocional de los colores. Y como hemos aprendido con las teorías del color: el buen o mal uso de estos puede desencadenar variedad de respuestas por parte de los huéspedes. Elígelos no sólo de acuerdo a la temática y experiencia que quieres crear, combina sabiamente para que consigas hacer de cada área un ambiente agradable.
Por último, gran parte del potencial de los hoteles se mide por los interiores. Los huéspedes potenciales se interesan por los diseños que encuentran una vez atravesado el umbral que lleva a la recepción. Asegúrate de captar la atención y convencerlos de quedarse a experimentar lo que tienes para ellos.