¿Cómo elegir una silla de escritorio?






Un individuo puede pasar más de 12 horas al día sentado entre el trabajo, el transporte y la casa. Es mucho tiempo, ¿verdad? Definitivamente sí lo son y por eso es fundamental en dónde y cómo nos sentamos para cuidar de nuestra salud. 

Pareciera muy dramático decir que adquirir una buena silla es beneficioso para la salud, pero las consecuencias por una mala postura impactan más allá de un simple dolor de espalda. Según el portal del Instituto de salud de los EE. UU., a largo plazo puede afectar el movimiento de las articulaciones debido a que se desalinean los huesos y músculos, y también podrían aparecer varices y problemas respiratorios. Es probable que no se puedan escoger los asientos en lugares públicos, pero sí puedes elegir la silla de oficina que mejor se adapte a tu cuerpo durante la jornada laboral que desarrollas en tu escritorio.

Silla de escritorio 

En la oficina, y también aplica para el home office, la silla de tu escritorio es uno de los elementos MÁS importantes porque es la encargada de darte confort en las horas de trabajo sin que el cansancio corte tu productividad y creatividad.

A continuación, te damos 3 características para que puedas identificar la silla correcta sin problemas.

1.- Ergonomía  

Las sillas ergonómicas se adaptan al cuerpo del individuo que las usa, dándole soporte completo durante las horas que permanezca sentado, ¡evitando esos dolores de espalda y nuca que tanto aquejan a los oficinistas!

Y para que una silla sea ergonómica debe contar con características específicas, pero las principales son que tenga buen soporte lumbar, que el respaldo esté lo suficientemente alto para darle apoyo a cuello y cabeza y que sea completamente ajustable a la fisonomía del usuario (brazos, altura, movimiento, etcétera).

Para saber que la silla te será de utilidad debe poder cumplir con los siguiente puntos:

  • La cadera y las rodillas deben estar en un ángulo de 90º a 100º
  • Los pies se deben encontrar completamente apoyados en el suelo
  • La silla no debe topar con el escritorio

2.- Material transpirable

Primero que nada debes considerar cuántas horas al día la vas a utilizar y segundo toma en cuenta el clima predominante en tu región. Por ejemplo, si radicas en una zona muy húmeda optar por una silla de piel no será lo mejor aunque cuentes con aire acondicionado toda tu jornada laboral. ¡No querrás esa incómoda sensación de pegarte como velcro al asiento! 

Te recomendamos aquellos materiales transpirables que te darán seguridad y comodidad sin importar el clima, la ropa que uses y el tiempo que pases en ellas. En el mercado de las sillas de escritorio puedes hallar muchas opciones que combinan asientos acolchados con respaldos de malla, por mencionar un ejemplo.

3.- Basculación

Una silla que es basculable permite que el respaldo y asiento acompañen a tu cuerpo en todos los movimientos que realices. Es decir, cada vez que te inclines hacia atrás para tomar un papel el respaldo tendrá la flexibilidad de seguir el movimiento sin despegarse de tu espalda. 

Y además de basculable, te aconsejamos que cuente con ruedas que te permitan desplazarte de tu escritorio a tu archivero sin problemas. 

Por último, te aconsejamos que no escatimes en adquirir la silla que mejor se adapte a tu fisonomía y horas de uso al día, y no sólo porque lo barato suele salir más caro también porque las sillas secretariales influyen de manera impactante en nuestra creatividad, rendimiento y salud. Además, cuando adquieres mobiliario de buena calidad es seguro que te durará muchos años antes de tener que reemplazarlo. 





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